"LA BENDICIÓN OLVIDADA"

"LA BENDICIÓN OLVIDADA"

"Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad."
1 Juan 1:9 - RVR1960

El caminar con Dios está lleno de eventos, sorpresas, emociones, así como muchos errores por nuestra parte. Podemos comenzar muy bien una temporada determinada y de repente percibir que fallamos miserablemente en algún momento. Entonces, llegan la culpa y la tristeza, y nuestro gozo con el Señor puede convertirse en un ritual diario amargado de falsa espiritualidad, lleno de hipocresía y vergüenza. La Biblia tiene una receta para esos momentos: se llama confesión, ¡y puedes usarla libremente cuando lo necesites! Es ese momento sublime en el que llegamos a la presencia de nuestro Señor y decimos: “Señor, lo siento, he fallado cuando hice esto y aquello, lamento mi maldad, por favor perdóname, y lo intentaré de nuevo con tu ayuda."

Confesar nuestras faltas y pecados funciona como un lavamiento del alma, como una oportunidad para reiniciar, como una oportunidad para volver a intentarlo y hacer lo correcto ante los ojos de nuestro Señor. Ir a la presencia de nuestro Padre y pedir perdón con humildad y sinceridad quitará un peso muy pesado de nuestros hombros y producirá en nosotros conciencia espiritual e incluso salud física.

El hecho de que tengamos tanta confusión, culpa y todas las consecuencias que vienen con ellos debido a los pecados no confesados, incluidas tantas enfermedades emocionales, en parte se debe a que no acudimos al Señor en confesión con regularidad, como las Escrituras nos dicen que hagamos. El Señor Jesús también nos enseñó a confesar habitualmente nuestros pecados cuando nos dio el modelo de oración que debemos usar como norma en nuestra práctica devocional.

¿Quieres un nuevo comienzo con Dios, contigo mismo y con tus seres queridos? ¿Necesitas volver a hacerlo? Haz un autoexamen, escudriña tu corazón con la ayuda del Espíritu Santo, aprovecha esta bendición olvidada, y en las palabras de nuestro hermano David en el Salmo 139, dile al Señor: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno”.

Recuerda, un corazón perdonado obtendrá todo el impulso necesario para reiniciar el proceso y lograr los sueños que el Señor tiene para ti. Si no lo ha hecho por un tiempo, ¿por qué no intentarlo ahora mismo? Puedo garantizar que después de hablar con el Señor, te pondrás de pie revitalizado y listo para comenzar el viaje nuevamente.

¡Te deseo muchas bendiciones a ti y a tu familia!

Pastor Joshua