UNA GENEALOGIA "NO TAN PERFECTA"

"Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí."
Mateo 1:5 – RVR1960

Imagínese a un miembro de uno de los clanes en Israel mostrando las fotos familiares en la pared de su casa: “Este es el abuelo Jacob, era agricultor, y esta es María, mi maravillosa prima; oh, esta es mi linda sobrina Sarah, y por cierto, este es el tío Salmon, era un patricio eminente, y esta es la tía Rahab, su esposa, ¡solía ser una prostituta!
Este tipo de "presentación" no encaja muy bien con nuestro patrón aceptable de "delicadeza" y nobleza, pero al evangelista Mateo no le importaron estos tecnicismos al perpetuar este importante registro que leemos sobre los predecesores de Jesús. De hecho, en ese mismo linaje registrado por él, tenemos asesinos, idólatras, prostitutas e incluso un hombre que quemó a sus propios hijos en sacrificio al dios cananeo Moloch.

Rahab, la cortesana, la senora con un pasado, también está allí, y no solo como parte de la genealogía del Señor Jesucristo, sino que también está presente en el Salón de la Fe y la Fama de la Biblia - Hebreos capítulo 11. Rahab protegió y ayudó al espía israelita justo antes de que Josué tomara la ciudad de Jericó. Hizo una alianza con el Pueblo de Dios y le salvó la vida, así como la vida de toda su familia. Más tarde, después de la caída de Jericó, se casó con Salmon, un noble e importante líder de Israel. ¡Qué honor para la valiente Rahab; piénselo, cuyo suegro, Naasón, era el líder principal de toda la tribu de Judá, la mas prominente tribo de Israel! ¡Y qué privilegio para Salmon, estar casado con una persona tan especial!

Es interesante notar que cuando alguien visita museos, castillos y palacios, los retratos y representaciones en las majestuosas paredes siempre intentan reflejar la valentía, el pedigrí, la realeza y la sangre azul de su línea de ascendencia, aunque podemos descubrir fácilmente con poca investigación que en vida, esos mismos personajes fueron muchas veces crueles, injustos, amigos de los pecados y completamente diferentes de lo que se ha representado tan impecablemente.

La verdad sobre la genealogía de la humanidad es esta: el pecado nos ha manchado, está impregnado en todo nuestro linaje, es inconfundiblemente cruzado en nuestra herencia humana, y el resultado trágico es que somos imperfectos y necesitamos desesperadamente de la gracia de Dios.
Sin embargo, las buenas nuevas cambian la vida: Jesucristo vino a nuestro caos para redimir a todos los Josues, Rahabs y Manasés de este mundo, vino a quitar la mancha con Su sangre, Su muerte en la cruz trajo maldición a nuestra maldición, e hizo nosotros una generación escogida, “un real sacerdocio y su propio pueblo especial”; ¡Su sacrificio hizo posible transportarnos a todos a la familia de Dios nuevamente!

¡Te deseo muchas bendiciones a ti y a tu familia!

Pastor Joshua