SÍ SEÑOR, PERO EN REALIDAD ... ¡NO!

SÍ SEÑOR, PERO EN REALIDAD ... ¡NO!

Querida Familia Unchained, amigos muy estimados:

Cada vez que le preguntamos a alguien sobre sus profetas favoritos del Antiguo Testamento, las figuras más comunes son Moisés, Elías, Isaías, Jeremías, Eliseo y otros que hicieron cosas asombrosas durante su tiempo de servicio. Pero nunca he visto a alguien decir: “¡Mi favorito es el profeta Jonás!”

Jonás - el fugitivo - es como la versión del “Patito Feo” en medio de los profetas, y no necesariamente porque cometió algunos errores en el camino, porque todos los demás profetas también tuvieron su parte de fallas y errores, pero la historia de Jonás está fuertemente grabada en nuestras mentes de una manera más negativa, porque a lo largo de su ministerio, siempre estaba tratando de decir que no, cuando el Señor definitivamente estaba diciendo que sí.
 
Jonás fue designado para dar una Palabra especifica de Dios en Nínive, Asiria, pero cambió el rumbo de su viaje y trató de escapar hacia la dirección opuesta, lejos, yendo hacia Tarsis. El hecho curioso es que al comienzo de su comisión por parte del Señor, él dijo que sí y aceptó la asignación, solo para cambiar de opinión y desaparecer en el lugar más lejano posible. El desenlace de su saga es muy conocido: el Señor preparó su regreso de una manera muy poco convencional y Jonás tuvo que “cabalgar de regreso” de una forma muy especial e inesperada para terminar su tarea inconclusa.
 
Todos somos versiones semejantes a Jonás, de muchas maneras. Hablando de esta misma debilidad de “saber qué hacer pero no estar dispuesto a hacerlo”, (comportamiento inherente a todos nosotros) el apóstol Santiago, nos desafía a ser no sólo “oidores“, sino “hacedores”. En un proceso de pensamiento similar, el apóstol Pablo también reconoce luchar con este asunto cuando escribió que “lo que él quería hacer, no lo hacía, pero lo que no quería, eso era precisamente lo que hacía “.
 
Es muy interesante investigar un poco más sobre los motivos de Jonás. Creo que la razón por la que se desvió de su ruta no fue porque quería rebelarse contra el plan de Dios deliberadamente, sino que pensó que él, Jonás, tenía un mejor plan, una vez que supo que “Dios no cambiaría de opinión acerca de los Ninivitas”, de todos modos. Si somos honestos, este patrón de pensar que nuestros planes son mejores que los del Señor no es una idea muy desconocida en nuestro caminar con Dios.
 
Sobre esta inconstancia en nuestra disposición a obedecer, el Señor Jesús contó la historia de un padre que pidió a dos hijos si podían ayudarlo con una determinada tarea. El primer hijo dijo que sí, pero luego no hizo la tarea por alguna razón, mientras que el segundo dijo que no lo haría, pero luego terminó ayudando a su padre. Según el Señor, el segundo hijo actuó mejor que el primero, porque al final prevaleció la obediencia.
 
Cuando realmente meditamos sobre estos asuntos, una sensación de asombro y reverencia debe impregnar nuestros corazones. El apóstol Pablo hace un llamado de atención muy solemne cuando escribe sobre eso en el libro de 2 Timoteo 3:7 diciendo que existe el riesgo de que estemos “siempre aprendiendo y nunca siendo capaces de llegar al conocimiento de la verdad”.
 
Aprendamos de nuestro querido hermano Jonás. Que nuestro sí sea sí, y luchemos por estar siempre dispuestos a obedecer a nuestro Maestro, sin hacer preguntas.

Deseando paz, salud y muchas bendiciones a su cuerpo y alma,
Pr. Joshua Mateíne